Historias ancestrales

Estas obras marcaron el comienzo de una serie en la que las personas de mi pasado, incluso aquellas fallecidas hacía mucho tiempo, volvieron a la vida. Así, se generó una conexión entre el presente y el pasado. Y también fueron las primeras obras donde aparecieron palabras pintadas sobre la tela, como una forma de moldear mis pensamientos.

Ya sea pintando o escribiendo sobre un personaje, es necesario conocerlo en profundidad e incluso habitar la vida del sujeto. En esta serie aparecen muchos protagonistas, la mayoría ya fallecidos. En la forma que adoptan, lo presente y lo ausente se hacen uno, creando así lo que yo llamo una "existencia mágica".

Hermanos fue la primera pintura en la que me aventuré en el mundo de los recuerdos. Empecé a trabajarla sin saber por qué la estaba creando. De hecho, no sabía cuál era el sentido de intentar capturar la esencia de estos cuatro hermanos. Sin duda, al ver la fotografía original me cautivó la belleza de cada uno de ellos y la historia que vino a mi mente, que cuento a continuación:

La Segunda Guerra Mundial comenzó oficialmente en 1939, pero la persecución a los judíos se inició muchos años antes. Los cuatro hermanos de la foto –uno de los cuales era mi madre–, vivían en Marienhafe, un pueblo del norte de Alemania ubicado cerca de la frontera con Holanda. En esa época, los nazis habían dictaminado que la belleza de la raza aria pura estaba determinada por ciertas características antropométricas que el pueblo judío no poseía. Para demostrarlo, se promulgó una ley que mandaba examinar a todos los estudiantes de la escuela: analizaron la altura, el color de ojos, del cabello y de la piel y midieron el tamaño de la cabeza, de la nariz y de las orejas. Al finalizar, se organizó un acto donde los funcionarios que habían llevado a cabo el estudio anunciaron orgullosamente que entre los alumnos había un grupo de hermanos cuyos rasgos coincidían exactamente con los deseados parámetros arios. Para sorpresa de todos, se trataba de estos cuatro hermanos. Las autoridades escolares, sabiendo que se trataba de niños judíos, interrumpieron precipitadamente la ceremonia, murmurando por lo bajo el desacierto. Mandaron a todos regresar a las aulas, se cerró el expediente y ahí quedó todo.

Ya está disponible la nueva colección

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