Mis instalaciones son narrativas inmersivas que tejen hilos de historia, memoria y humanidad compartida.

Con la búsqueda de crear un arte que no sólo cuente una historia sino que también invite a la participación, me gusta transformar los espacios en diálogos vivos entre el pasado y el presente.

Mi incursión en las instalaciones surge de un profundo deseo de honrar historias no contadas y fomentar conexiones que trasciendan el tiempo y la cultura. Al incluir distintos medios como textiles, proyecciones de video y objetos encontrados, genero entornos visualmente cautivantes y conmovedores. Cada instalación refleja una meticulosa artesanía y un compromiso con la exploración de temas como la identidad, la resiliencia y la memoria colectiva.

Mis instalaciones son experiencias comunitarias que fomentan la reflexión y el diálogo. Creo en el poder del arte para sanar y unir a las personas, creando espacios donde los espectadores se convierten en participantes del proceso narrativo. Al interactuar con estas instalaciones, nos sentimos impulsados a reflexionar sobre nuestro propio papel dentro del entramado más amplio de la Historia humana.

Busco que mi trabajo quede impregnado de introspección y de esperanza, ya sea cosiendo los nombres de los desaparecidos en extensos telares o construyendo intrincados homenajes a los héroes anónimos. Mis instalaciones invitan no solo a presenciarlas, sino también a conectarnos: a encontrar esos hilos propios que nos unen a los demás y a las historias que nos definen.

Invito a los espectadores a embarcarse en un viaje que nos llama a apreciar la resiliencia del espíritu humano y la belleza que emerge cuando el arte y la empatía se entrelazan.